jueves, 10 de enero de 2008

DIAS DE MATANZA : 1ª PARTE




¿"CUANDO HACEMOS LA MATANZA"?
En diciembre o enero, cuando llegaban los fríos, y las heladas cubrían de blanca cenceñada, campos, calles y tejados, era la pregunta que flotaba en cualquiera de las casas, con el deseo de que alguien con autoridad dijera: ¡MAÑANA!
La Matanza del Cerdo fue durante mucho tiempo( durante siglos) una de las fechas más importantes del año, ya que, con ella no solo se obtenían los productos necesarios para sobrevivir con cierta holgura, sino que también cumplía el cometido de reunir en la casa a la familia, parientes, algunos vecinos... en una gran fiesta de convivencia y armonía.





El cerdo que se destinaba al sacrificio debía de tener más de un año por lo tanto tenía que haber nacido en otoño para que, entre otras causas, se pudiera castrar ( capar) allá por febrero o marzo, cuando el frío era menor, pero necesario para que las heridas de los animales curasen mejor y no se infectaran y, por otra parte, si morían, la pérdida no era mucha y todavía se podían sustituir por otros.
El capado era imprescindible, tanto en hembras como en machos, de lo contrario la carne no tenía buen sabor.
Según las necesidades, cada familia destinaba para la matanza, uno o dos cerdos, porque, aunque pueda parecer algo exagerado, hay que tener en cuenta que el 90% de la alimentación diaria era a base de productos del cerdo.





Fueran uno o dos cerdos, habitaban en la misma pocilga, recinto dentro del corral; dicha estancia se mantenía muy limpia, echando en el suelo, a modo de cama, paja de centeno, cambiándosela cada dos o tres días, porque el "marrano", además de gordo tenía que estar limpio y presentar buena imagen, bien es cierto que casi nada se resistía a sus duros hocicos, por lo que era necesario colocarle las "sortijas", alambres que se le colocaban en la parte alta del hocico, por encima de los orificios de la respiración, de forma que no le impedían comer, pero si desistir del empeño de escarbar con el mismo.





LA ALIMENTACIÓN DEL CERDO
Era muy importante y no valía cualquier cosa. En invierno comía caliente; por la mañana y por la tarde se picaba remolacha azucarera y las patatas más pequeñas de la cosecha y se cocían en un caldero grande de latón: el cerdo lo comía como una golosina.
Durante el verano se le daba alfalfa, toda la que quisiera y un bote pequeño, de los de escabeche de harina, si la había. En septiembre se empezaba con las berzas, también cocidas, las más duras y malas para él, las más tiernas y blancas para el consumo humano.
De una buena alimentación, dependía el éxito de la matanza, primero porque el peso era muy importante y segundo porque aseguraba que el cerdo tuviera más carne que tocino.
En general, se le cuidaba mucho, y se le cogía cierto cariño, a sabiendas de que llegado el momento tendríamos que sacrificarlo.





LAS VIANDAS:
EL LOMO
Era el oro más preciado, un bien que se probaba y disfrutaba en esos días, pero una parte se ahumaba o se ponía en manteca y se reservaba para situaciones importantes como fiestas, situaciones de mucho trabajo o, incluso, si escaseaba la salud. En la Noche de Difuntos, era uno de los alimentos que se dejaba encima de la mesa, para que cuando regresaran las almas vieran que siempre hubo para ellos, recuerdos, comida y sinceros rezos.
EL CHORIZO
Era la vianda necesaria e imprescindible para reponer fuerzas durante las faenas agrícolas, pero no siempre duraba todo el año.
LOS JAMONES
Se preparaban y curaban con mucho mimo y, afortunadas aquellas casas en las que se comían porque, en algunos casos, se malvendían e iban a parar a la mesa de algún señorito que podía permitirse el lujo de comprarlos.
EL TOCINO
Era la base de todos los cocidos, solía durar todo el año; si sobraba se aprovechaba para jabón.
LA MANTECA
Si el aceite escaseaba, o había poco dinero para comprarlo, la manteca era el principal complemento para la mayoría de los preparados culinarios. Si sobraba o se enranciaba, lo mismo que el tocino, se utilizaba para hacer jabón.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

COMO SE AÑORAN LAS MATANZAS DE OTROS TIEMPOS ,AHORA TODO ES MAS RAPIDO Y LIMPIO PERO NO SE PARECEN EN NADA , ANTES SE JUNTABA LA FAMILIA ,LOS VECINOS ,TODO ERA UNA FIESTA SE MATABA EN EL BANCO SE CHAMUSCABA CON ENCAÑO AHORA NO HAY GENTE PARA HACERLO,SE MATA COLGADO DE LA PALA SE CHAMUSCA CON GAS Y DOS PERSONAS LO HACEN ,NO SE LAVAN LAS TRIPAS , QUE ALGUN FRIO PASARON NUESTROS MAYORES EN EL CASTRON,ROMPIENDO EL "CARAMBANO" AL DIA SIGUIENTE DESARMAR PICAR ,AHORA CON LA MAQUINA ELECTRICA ANTES A MANO Y MAS TARDE CON LA MANUAL QUE A VECES MOVIAS HASTA LA MESA , LA MANTECA , LOS "COSCARONES".... ADOBAR ,EMBUTIR TODO ES MUY LABORIOSO PERO ERA Y ES EL ARREGLO PARA MUCHO TIEMPO

Anónimo dijo...

Es curioso, todos sabemos el trabajo que suponía la matanza, el frío que se pasaba, la inquietud y preocupación por los chorizos y jamones : ”a ver si se curan bien”...etc y, no obstante, ¡como la añoramos! pero ¿por qué? también han cambiado otras cosas, las fiestas por ejemplo, y sin embargo, nos hemos ido adaptando a lo que tenemos y lo llevamos mejor.
¿Por qué la pérdida de la matanza nos produce tanta tristeza?.
Yo no me considero una persona dada a la melancolía, y también la echo de menos.
“La matanza” es un hecho muy, muy antiguo, ligado a la caza y supervivencia del ser humano, y por tanto, profundamente arraigado en nosotros, de forma que su pérdida nos produce un profundo dolor, pero considero, que lo mismo que en el duelo, no nos queda otro remedio que adaptarnos y seguir adelante.
Un saludo a todos
LEO

Anónimo dijo...

El rito de la Matanza del cerdo está en nuestros genes,trasmitido de generación en generación, por eso, como bien apuntas, se hace tan díficil su desaparición.
Ya no necesitamos trabajar como antes para consegir nuestro sustento, ahora trabajamos y lo conseguimos de otra manera, lo que no se es si nos satisface plenamente.

Anónimo dijo...

realmente nos sentimos mejor porque no trabajamos tanto como antes para hacer el trabajo ,pero no disfrutamos nada de lo que es la MATANZA .

Anónimo dijo...

Mi marido es de un pueblo de Leon y hasta hace un par de años ibamos a la matanza nos juntabamos todos los tios y primos, era muchisimo trabajo pero disfrutabamos mucho tambien, de lo unico que me alegro es de mi hijo a dia de hoy sepa de donde viene el chorizo, el salchichon,el lomo, el jamon... y ke vea que no sale del supermercado como creen muchos niños. un saludo de bego.