ZAMORANOS EN AMÉRICA (1900 - 1955)

GALERIA FOTOGRAFIAS

Desde el comienzo de los tiempos, el ser humano emigró de un lugar a otro, a veces por afán de aventura, otras, la mayoría, por necesidad, intentando mejorar sus condiciones de vida, y otras incluso, para garantizar la propia existencia.
En Zamora, desde finales del S. XIX a mediados del XX, ha sido un hecho característico, y raro será el pueblo en el cual no haya habido algún emigrante.
En nuestro Valle, salieron con destino a Cuba, Chile, Argentina, New York ,Venezuela, México y un largo etc, una gran cantidad de gente, empujados por los desequilibrios de las estructuras agrarias y, secundariamente, por el rechazo al servicio militar por parte de los jóvenes. Se emigraba por pura necesidad, pero evitar la odiada "contribución de sangre "era un aliciente nada desdeñable.
La gran mayoría no se consideraban emigrantes, sino viajeros con la idea de "hacer fortuna" honradamente, y regresar a España, a su lugar de origen; la realidad fue otra muy distinta: muy pocos regresaron y no precisamente ricos.




LA PARTIDA

Tomada la decisión de partir, comienzan los preparativos para el viaje: los trámites administrativos, el pasaje, la ropa, traje, mudas, cartas de recomendación a los familiares que allí había...etc.
A finales del S. XIX, la documentación necesaria para emigrar a América, se componía de Cédula Personal, consentimiento paterno, cuando el emigrante era menor de edad, partida de nacimiento, acreditación de responsabilidad en quintas y certificación de no estar procesado. Todos los documentos tenían que estar visados por el gobernador civil de la provincia.
Hacia 1920 hace su aparición un nuevo documento: La Cartera de Identidad del Emigrante, mucho más amplio que el anterior y en el que el retrato es obligatorio.
Son estas fotografías, las que nos hablan de aquella época, porque si bien no dicen toda la verdad, si podemos comprobar, que los que se fueron, eran casi niños.
Previamente al día señalado, se despedían de sus familiares, vecinos, amigos...etc, y entre lágrimas, besos y tristezas, partían con una pequeña maleta de madera, para embarcarse, supongo que, o bien en la cercana Galicia, o en el Norte.
Posteriormente, la comunicación de los emigrantes con sus familias, se realizaba a través de cartas y fotografías; mandaron miles de instantáneas con su retrato; otro tanto hicieron los que aquí quedaban, y aunque la mayoría no son un reflejo de la realidad, constituyen en si mismas un verdadero documento gráfico.





INTEGRACIÓN, TRABAJO Y EL MITO AMERICANO

"Durante los tres primeros años de la emigración, el recuerdo de la tierra propia, permanece como incrustado en el fondo del alma y constituye la principal obsesión del espíritu..." (Julián Orbón. La Habana, año I, Nº 21)
Era el pariente emigrado a América, que volvía y hablaba del país dorado:
"...allí muchos paisanos se dedican al comercio, sin embargo, a quienes procedemos del campo, nos conviene laborar la agricultura. La fuente de trabajo más importante en el campo, es la caña de azúcar(el corte y en menor medida la siembra y limpia). El laboreo resulta muy pesado, pero se gana un buen dinero".(confesiones de Félix Mateos a Raimundo Blanco, sobre Cuba en 1915).
Las Fotografías y Las Cartas que el emigrado mandaba a su familia, la mayoría de las veces, solo contaban aquello que podía deslumbrar: ¿cómo iban a contar que el clima era diferente, que tenían que trabajar tanto o más que en su tierra, que las enfermedades propias de aquel país estaban al acecho? ¿para eso habían emigrado a América?.
"...las calles, agencias de colocación y posadas de la Calzada de Vives( La Habana) están abarrotadas de mujeres y niños que vienen ilusionados por cantos de sirena y de los agentes de embarque, que les dicen que aquí (en Cuba) , como en casi todas las Américas, el oro está al alcance de la mano".(Francisco Barral, "Hasta cuando" publicado en Galicia en 1912).




ADIOS A ZAMORA

El objetivo último del emigrante era, la adquisición de un capital que le permitiese volver a su tierra con dignidad, de no ser así no valía la pena regresar.
El matrimonio es un paso decisivo en la trayectoria del emigrante, que se intensifica con la llegada de los hijos, llegados a este punto, una gran mayoría, adoptó el país que le acogió.
"... a mediados de la década de los años veinte, me enamoré y me casé. Al nacer mis primeros hijos, no puedo decir en que momento exacto, sentí germinar una nueva familia y Florida se convirtió en otro terruño mío. Desde entonces no pensé más en volver a Zamora, pero tampoco rechacé la posibilidad de hacerlo..." (confesiones de Raimundo Blanco a sus nietos cubanos, José Ángel y Manuel Gárciga Blanco).
De Morales de Valverde, el último en emigrar hacia Cuba, fué mi padrino, Tirso. Se marchó a finales de los 50. Su marcha la recuerdo bastante bien. Ha vuelto a España un par de veces. Espero que se encuentre bien.
En la primera mitad del S. XX. emigraron unos 80.000 zamoranos, principalmente a países americanos( http://www.terra.es )
Entre otros, mis abuelos, tanto materno como paterno, ellos regresaron a su tierra y fundaron aquí su familia. Otros, como Raimundo, mi tío abuelo, se quedaron por allá y yo nunca les conocí. A ellos y a todos los demás les dedico este pequeño homenaje.









BIBLIOGRAFIA:
DE ASTURIAS A CUBA(1850-1930)
ASTURIANOS EN AMÉRICA(1840-1940)
ZAMORA Y FLORIDA, DE ESPAÑA Y CUBA, TERRUÑOS MÍOS(J. Ángel y Manuel Gárciga Blanco)